lunes, 15 de agosto de 2011

Fin de semana comiendo (Mendoza)

¡Ya tengo una estampa más en el pasaporte! ¡Argentina! Sí, el viernes por la madrugada salimos en una ultra furgoneta para 12 personas (de cuatro filas! La gente lo tomó muy normal pero yo nunca había viajado en una de este tamaño) hacia Mendoza, una ciudad fronteriza, entre Chile y Argentina. Todo el mundo lo recomienda, y este puente parecía perfecto para ir a hacer una visita; aunque el buen tiempo nos acompañó todo el viaje, más tarde descubrimos que no era para nada el mejor momento para visitarlo. Haré un resumen; siempre se me olvida todo lo que pienso para el blog durante el día!

El viaje fue de 6 horas aproximadamente, ya que hay que cruzar los Andes (en este mapa tan cutre podéis situar más o menos las dos ciudades).



Había como 3 horas más o menos hasta la frontera, donde había que bajar, mil papeleos, revisar la furgoneta, las mochilas... vamos, todo eso que ya se nos ha olvidado a los europeos, y desde allí, volver a bajar un poco desde las montañas, y otras tres horas hasta la ciudad. Pero la verdad es que el viaje merece la pena; las montañas están nevadas, y pasar con la furgoneta por allá es una pasada. Antes del venir al viaje se me estropeó la cámara y no he podido sacar fotos, así que voy a robar algunas a Sebastian, porque no quiero dejar este post sin fotos. Total que no se sacaron muchas fotografías desde el coche, porque ya nos acostumbramos un poco a la vista, pero de verdad, yo estaba fascinada :) Además, antes de llegar a la frontera, el conductor nos dejó bajar para ver bien las vistas, donde pudimos ver la cima del Aconcagua :D
Por el camino encontramos varias pistas de eskí pequeñas, justo al lado de la carretera y también pasamos por algunos pueblos mineros, pequeños, fríos y tristes.


Total que yo pensaba que Mendoza sería un pueblo grande, o como mucho una ciudad pequeña, o por lo menos yo creía que me habían comentado eso. Pues no, tiene 3 millones de habitantes. ¿Cuántos vimos? Como mucho, 50. En serio, la ciudad estaba vacía, tanto sábado como domingo. ¿Por qué? Eran elecciones, y parece ser que en las elecciones toda la gente se esconde en sus casas. Además y lo peor de todo fue que desde el sábado a las 9 de la noche, hasta el domingo a las 9 también, no se podía comprar alcohol, nada, ni una mísera cerveza. Así que de fiesta nanai ¿Dicotecas? A las a fueras de la ciudad; ¿bares? O no había, o estaban todo cerrados. Por lo tanto, el sábado nos fuimos bastante desilusionados a la cama. Habíamos llegado cansadísimos por el viaje, y habíamos dado vueltas por la ciudad, la calle principal San Martín, la plaza Independencia, y poco más. Lo mejor, la comida. Habíamos ido en busca de carne y vino. Al llegar, nos informamos un poco en el hostal y nos recomendaron un restaurante llamado Caro Pepe, en el que se podía comer muy bien y barato. Fuimos y era un buffet libre (o como aquí le llaman y con lo que todos los extranjeros se han quedado, “tenedor libre”) por 60 pesos, 10 €. Entramos y nos cebamos a comida. Pero mucho. Había bandejas de donde coger, pero también planchas donde cocineros hacían la carne. ¡Póngame mucho y bueno por favor! :) Pero lo mejor fue el postre, que también lo cocinaba el cocinero delante de ti: un gofre con manzanas, con whisky, tipo flambeado, y helado de almendrado. Aaaaaaaammmmmmmmm



Bueno, del primer día no ha mucho más que contar. No vimos en Mendoza algo muy diferente, ni siquiera tenían un acento argentino reconocible, solo algunos pocos, esto es porque antes Mendoza era parte de Chile, (aunque ahora que estoy mirando por Internet hay serias discusiones sobre ello). Por otro lado, algo que no había visto todavía en Santiago eran los niños callejeros, que en comparación con los perros de Santiago, con eso sí que se te encoge el corazón.

El plan principal del viaje era realizar un tour muy típico que se hace por ahí, con bicicletas de bodega en bodaga, ya que hay mucho vino bueno por ahí. Pero claro, eran elecciones, y las bodegas cerraban (???!nfdjf??!) y nos recomendaron hacer alguna otra actividad. Había varias opciones pero decidimos hacer un combinado de paseo a caballo y Canoying (lo que allí llamamos tirolina, vamos). Así que allí fuimos a las 9 de la mañana en otra furgoneta gigante, a una zona preciosa de montañas, con un lago, el dique (presa) de Potrerillos. Nos comentaron que habíamos ido en la mejor época del año, ya que en verano vaciaban la presa para que pudiese entrar el agua de deshielo de los Andes. Por la mañana hicimos Canoying, y por la tarde, paseo a caballo!!! Sí, por fin, después de 8 años deseándolo con todas mis fuerzas, pude convencer junto con las chicas a todo el grupo para ir a cabalgar! :D Nos llevaron a otra zona, como a 20 minutos del lago. Allí en un pueblo muy pequeño, nos dieron un caballo a cada uno y nos fuimos por ahí con dos guías tipo gauchos (cowboys de acá). Ai, muy emocionante nos llevaron por senderos bastante rocosos y que parecían bastante peligrosos, pero pasear y trotar con el caballo en un paisaje como ese, qué pasada; había zonas tipo desérticas, y otras más verdes, pero siempre con los Andes ahí cerca, yo me emocioné mucho y la verdad es que nos lo pasamos mucho mejor que en las tirolinas esas. Me encantó la experiencia. Los guías estos como que se aburrían a veces y hacían medio carreras con los caballos entre ellos, o se tiraban con el caballo por un barranco, y cosas así, para impresionar a los turistas.:)













Pasamos el día allí, donde también nos dieron de comer una carne buenísima, asado de costilla y ensaldas y vino y mmmmM!! qué ricoooo y qué gordos nos pusimos de nuevo. También recogimos unas plantas que nos recomendaron para el asado de la noche.



Nos llevaron de nuevo al hostal, donde descubrimos que había una terraza donde se podían hacer asados y comer todo el grupo allá! Dios, no parábamos de pensar en comer. Fuimos a recorrer toda Mendoza para encontrar un supermercado abierto donde comprar carne, cerveza y vino. Costó, como 3 horas con hacer la compra y todo, pero mereció la pena.
Ay, que morriña me entró al ver a los chicos de la cuadri hacer el fuego para las brasas en la barbacoa, recordando a nuestros chicos de Barcelona, siempre con los mismos problemas con la madera, y allí de pies, mientras las mujeres picotean y cotillean jajaj

Cenamos genial, de nuevo pedazos enormes de carne, eso sí, esta vez con sal gorda; algo de verduritas para acompañar (berenjena, patata, pimiento verde y cebolla) y de postre....plátano asado con chocolate fundido por dentro! Madre mía, nos volvimos 13 bolas al final de la cena, rodábamos. Y allí estuvimos jugando a 21 aceituno y hablando de sobremesa.

Fotos de Sebatian (como todas las de arriba!):






Hoy nos han recogido a las 9 de la mañana para volver a Santiago. Al llegar hemos estado con Carlotta, Nikola y Takahiro, que han disfrutado de un fin de semana increíble en San Pedro de Atacama. Cada vez que veo fotos de la gente que ha ido, más ganas me dan de ir ya! Cuanto antes mejor, porque en verano el calor debe ser insoportable.

Bien, el viaje no ha sido del todo fructífero, pero lo hemos pasado tan bien, que ha merecido la pena, claro! ;)


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