lunes, 1 de agosto de 2011

Cerro Santa Lucía

Hoy era domingo y el plan principal que Carlotta había organizado era ir a hacer un tour a la viña Concha y Toro (http://www.conchaytoro.com/), que es la viña más famosa de todo Chile. Ella tiene que hacer su tesis sobre este tema y está interesadísima, y la verdad es que yo tenía muchas ganas de ir probar buen vino, pero al final, con la cena de ayer, la mitad de la casa se ha puesto enferma, sobre todo Nikola que tiene fiebre altísima :( y solo han ido Carlotta, Sven y Amadeo (que hoy recién se mudó ya a la casa!)

Así que viendo el panorama, Hugo y yo nos hemos ido al Cerro de Santa Lucía. No es el cerro de San Cristobal, que ya comenté, es uno más pequeñito que se encuentra muy cerca de mi universidad. Yo insistí en que quería ver el grande! Pero Hugo, muy montañero él, comparó los cerros con los Pirineos y los Alpes. Por mucho que los Alpes sean más grandes, los Pirineos tienen tal encanto y lugares más maravillosos y espectaculares. Me ha gustado tanto la metáfora que he dicho vale, vamos a Santa Lucía. Además, allí arriba me he encontrado a una chica de mi facultad de Barcelona, que me ha dicho que ella repetía la visita a Santa Lucía porque las vistas eran mejores. Ahí ya me ha convencido del todo jaja. Pero al llegar a casa la little family me ha dicho que ni comparación, es mucho más bonito San Cristobal. Ya basta, tendré que ir a verlo también!

Mientras tanto, en nuestra pequeña excursión, digo pequeña porque creo que solo yo soy capaz de cansarme subiendo un cerro de tan poca altura, he disfrutado por fin de unas vistas de la ciudad dignas. Desde la cima, donde se encuentra el Castillo Hidalgo, construido por españoles 1820, he observado la vista de los rascacielos y casuchas de Santiago entre esa neblina blanquecina que representa la famosa contaminación de aquí y rodeados de las inmensas montañas nevadas andinas.
El cerro fue mirador en la época de la conquista, y hay cañones antiguos como los que hay en Urgul! :)
Hacía un día de sol, pero había algunas nubes en el horizonte que no dejaban ver el paraje al completo. Sin embargo, se veía mucho mejor que lo que se ve en estas fotografías tomadas por mi cámara. Casi no se ve lo más bonito, las montañas; en realidad, se vislumbraban plenamente las cimas.
También hemos visto dos aviones, que según me ha explicado Hugo, eran un avión que ayudaba a elevarse a un "planeador", o así lo ha llamado sin saber muy bien cómo decirlo en castellano, que planeaba sin motor con ayuda de las corrientes de aire calientes, térmicas. Ha sido muy interesante, pero obviamente mi cámara no alcanza a sacarlos.



El edificio alargado con los carteles azul y blanco es mi facultad, Casa Central de la Católica



Había varias plazitas en el cerro, con su estatua en medio. Las más bonitas eran dos de madera, tipo totems, que las he sacado de lejos.


Pedro de Valdívia, que dio nombre al cerro y fundó la ciudad de Santiago

Una inagotable fuente de placer es escalar el cerro Santa Lucía, una pequeña colina rocosa que se levanta en el centro de la ciudad... Desde allí la vista es verdaderamente impresionante y única. Charles Darwin

Después de ver ponerse el sol desde arriba, bajando nos hemos medio perdido por los caminos, y mira que era difícil perderse. Total que nos hemos metido en un camino cerrado y hemos llegado a una ermita donde estaba enterrado el famoso político y escritor Benjamin Vicuña Mackenna, que aquí todo el mundo conoce por la gran calle hasta Plaza Italia que lleva su nombre. Al bajar de allí un hombre de seguridad ha intentado explicarnos que estaba prohibido bajar por ahí porque eso estaba "terremoteado", y que subiésemos por el otro lado. He fingido que también era francesa para no tener que dar explicaciones.



Cerro San Cristobal a la izquierda




Fuente de la entrada
Reflejo de las montañas en los edificios de Santiago

Ya visto el cerro ya casi había anochecido y hemos decidido seguir la Alameda hasta llegar al centro de la ciudad y tomar algo. Al final hemos terminado en un lugar muy extraño donde solo servían botellas de cerveza a 1300 pesos y había como una jukebox de videos y 10 televisores puestos en fila. Extraño pero divertido.

Llegó a la casa una chica danesa llamada Stine, muy maja parece! Mañana llega ya el último inquilino de la casa, que ocupará la habitación en la que yo estuve al principio. Según facebook, se llama Sebastian Sieck y es de Alemania, creemos.

Y lo más importante! Comienzan las clasesss!

PD: Planeamos ir a San Pedro de Atacama a mediados de agosto, ya que aquí hay un puente. Es complicado porque el viaje es muy largo, pero estamos valorando si merece la pena o no.

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