lunes, 29 de agosto de 2011

Fin de semana de relax en Bahía Inglesa

Actualización: He agregado algunas fotos de la cámara de Sebastian. Espero que no le importe a él, sin su cámara mi blog sería más basura. Graciass Sebastian si lees esto! (y si lo entiendes)


De relax, como si no me faltase tranquilidad en mi pequeño hogar en Manuel Montt, así hemos pasado estos dos días, a doce horas en autobús desde Santiago, en Bahía Inglesa, Caldera. Es un pequeño conjunto de pueblos costeros, que se encuentran a medio camino entre la capital y San Pedro de Atacama, y la ciudad más grande entre ellas es Copiapó. Aquí os dejo un enlace a Google Maps, donde se pueden ver Santiago y Caldera.


Nikola ideó el plan inicial, quería ir por allí porque quería ver el paisaje desértico que hay en contraste con el mar de aguas verdiazules tipo caribe, y también algunos animales exóticos que me dijo que podríamos ver, como el pingüino... Sebastian quería visitar La Serena, un pueblo cercano, y después de dudar durante varios días, el viernes por la noche cogimos el mejor autobús del mundo hacia Caldera. Eran 12 horas de viaje en un autobús semi-cama. Nadie sabe porqué, el transporte de este tipo en todo Chile es comodísimo, te tratan como si fuese un avión y además te dan comida: ¡cena Y desayuno! vale que es una basura de comida, pero en cuatro años que he pasado viajando en autobús desde Donosti a Barcelona, nunca había ido tan agusto. Como no, algo aleatorio y extraño ha de pasar, y en este caso fue que el desayuno nos lo repartieron a las 5 de la mañana. Te encienden las luces cuando más dormida estás, te dan un jugo y una cookie y al rato te vuelven a apagar las luces. ???¿? Igualmente, adorables. El mejor bus del mundo.



Al llegar a Caldera cogimos un colectivo, que aquí se les llama a los taxis de precio fijo y de trayectoria fija también. Nos costó como un euro a cada uno, y en 10 minutos nos encontrábamos en Bahía Inglesa. Es básicamente una miniplaya preciosa de arena fina, pero rodeado de un paisaje ultradesértico y rocas muy oscuras que al principio pensamos que eran volcánica, pero finalmente resultó ser el cobre. Preguntando por los puestitos de cositas inservibles artesanales que había, Carlotta descubrió que en la mina más cercana que había allí fue donde sucedió el accidente de los mineros chilenos. o_o



Lo bonito era que no había muchos hoteles tipo europeos por allá. Todo eran cabañas, casuchas, bien hechas y para turistas, pero muy bonitas y coloreadas adecuadas al territorio. Solo había un minimarket donde compramos la comida, varios restaurantes y panaderías, baños públicos y la oficina de turismo. Nosotros habíamos ido sin reservar ningún hostal, y finalmente nos quedamos en una cabaña a 1 minuto de la playa y las rocas. Tenía su propia cocina y tres dormitorios, para cuatro que éramos. Era genial.


Además, allá al norte hacía viento, pero no frío, se estaba mucho mejor que en Santiago. Estuvimos todo el primer día en la playa, paseando, después fuimos hacia el norte, siguiendo la costa, subiéndonos a las rocas que daban con el mar; me recordó mucho a la Zurriola y al antiguo monpás.
Nikola y yo nos aficionamos mucho a buscar conchas, había de todos los tamaños, formas y colores! Más tarde descubrimos que las más bonitas eran Ostiones, que se comían, y nosotras habíamos ido recogiendo la basura de los restaurantes, en fin,... igualmente encontramos algunas cosas de recuerdo! 
Otra estupidez que hicimos fue olvidar el agujero de la capa de ozono, que bien bien nos enseñaros en la ESO dónde se encontraba! Para una hora que estuvimos tomando el sol, nos quemamos todos enterita la cara. A la noche nos ardía a todos, y nuestras cabezas debían brillar en la oscuridad. Además en Bahía Inglesa no les van los after suns.

Por la noche compramos cervezas en el minimarket y empezamos nuestras interminables partidas a cartas, a Canasta, un nuevo juego apasionante para los cuatro! Qué buenos juegos nos trae siempre Sebastian!

Pero lo mejor de lo mejor de lo mejor fue la idea de salir a mirar las estrellas. Salimos de la cabaña y decidimos adentrarnos un poco en la playa, esta vez hacia el sur, donde no hubiesen farolas o luces del pueblo. Y allí estábamos tumbados en el desierto, cerca del mar, mirando el cielo celeste del hemisferio sur, sin ninguna nube, con las estrellas más brillantes que he visto, y por fin, la vía láctea más clara, grande y hermosa de lo que hubiera imaginado. El fotógrafo con su reflex intentaba sacar la mejor fotografía mientras Carlotta, Nikola y yo dábamos vueltas a nuestro eje e intentábamos mirarlas de diferentes maneras posibles para conseguir una imagen/recuerdo mental de lo que veíamos, al menos yo. Además, encontré la Osa Mayor, a diferencia de Europa, muy cerca del horizonte y un poco distinta, pero me sentí muy feliz! :D






Por la mañana nos retrasaron el check-out para que pudiésemos comer en la cabaña, para variar pan con palta y tomate, y después fuimos en busca de un café, que ya echábamos de menos. Nos volvió a dar la locura de las cartas. Anduvimos media tarde dando vueltas y después decidimos coger el colectivo para dar una vuelta y visitar un poco Caldera. Era un pueblo bastante vacío pero bonito, con una iglesia que nos recordó a la de Cenicienta, pero mil veces más coloreada. Además resultó que estábamos en el mes de la juventud, y en el puerto se había organizado una especie de concierto cutre muy wate, de rap local joven........... En fin, después de reirnos un poco y adorarlos mucho, seguimos andando y tomamos una cerveza hasta que fue la hora de volver al bus, el segundo mejor bus del mundo :)





A ver si consigo fotos de Bastian o NIkola, sino, facebook ;)

3 comentarios:

  1. Peazo fotos, ya sea en belleza como en tamaño ;)

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  2. MUY interesante Olatz!! Renueva esto que va a ser una de mis lecturas diarias o semanales :) depende de ti jejeje un beso muy fuerte desde mallorca

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  3. graaaciaas mikii;) un gran aporte al blog me encanta!

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